martes, 1 de noviembre de 2011






HECHO POR:STEFFANY MARROQUIN RAMOS Y  STEPHANIE MELGAR GONZALES /2º TECNICO
                            STEFANY´S M Y M. :)

LICEO CRISTIANO "REVERENDO JUAN BUENO " 
         DE LA COLONIA SANTA LUCIA. 
Referencia:
  • David + Jonathan
  • mujer y valores.com
  • tu ereslamagia.net
  • servicio temporal unididable.com
  • camando aguila.tm
  • tu biblia .org
ADAN Y EVA.


LIBRODE JONATHAN.




El libro da cuenta del profeta Jonás y relata una historia en la cual Dios manda a Jonás a predicar al pueblo de Nínive, la capital de Asiria para persuadirlos de arrepentirse de su maldad o de lo contrario su ciudad quedaría destruida. Jonás se negó a obedecer y al principio rehuye de la presencia de Yahveh embarcándose rumbo a Tarsis, pero en el camino Dios prepara una tempestad y los tripulantes al saber que huían de Yahveh lo arrojan al mar en medio de la tempestad. Jonás 1
Entonces Dios envió un gran pez para que se tragara a Jonás. Después de tres días de permanecer en el vientre del pez durante los cuales Jonás oró, Yahveh dio la orden de que el pez vomitara a Jonás, arrojándolo a tierra firme.Jonás 2
Después de esto, Jonás recibió por segunda vez la orden de Dios de ir a predicar a Nínive. Jonás accedió y en esa ciudad anunció la destrucción inminente para temor de todos sus habitantes: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida». El Rey de la ciudad, al enterarse sobre dicho designio, ordenó el ayuno de toda la población. Al presenciar el arrepentimiento masivo de la población de Nínive, Dios decidió que no castigaría la ciudad ni a sus habitantes. Jonás se enojó al contemplar la piedad de su Dios y el hecho de que su profecía no se cumpliera, por lo que se marchó de la ciudad disgustado. Dios lo reprendió por su falta de compasión hacia los muchos miles de personas y animales de Nínive, pero al final lo alecciona. Jonás 4

 Características

El libro de Jonás es una historia narrativa que tiene como propósito dar testimonio de la gracia de Dios y que el mensaje de salvación es para todos los seres humanos.
Se atribuye su autoría al propio Jonás, hijo de Amitai, y se considera que lo escribió aproximadamente entre el año 785 y el 760 A.C. La acción transcurre en las ciudades de Jope, Tarsis y Nínive.
Con respecto al contexto histórico, Jonás precede al profeta Amós y predicó durante el reinado de Jeroboam II, uno de los reyes más poderosos de Israel (793 – 753 A.C.).[1] En ese momento, Asiria era el enemigo más grande de Israel, por quienes fueron conquistados en el año 722 A.C.

Cualidades Particulares

Este libro difiere de los otros libros proféticos en el hecho de que se concentra en el profeta y no en sus profecías. La escritura solo contiene un verso que resume el mensaje de Jonás para Nínive.[2] Posteriormente Jesús mencionará la historia de Jonás como una ilustración de su muerte y resurrección.[3]





HISTORIA BIBLICA

La Biblia (del griego τα βιβλία, ta biblía, ‘los libros’) es el conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo. La canonicidad de cada libro varía dependiendo de la tradición adoptada. Según las religiones judía y cristiana, «transmite la palabra de Dios». La Biblia, o al menos parte de ella, se encuentra traducida a 2303 idiomas.



El «Antiguo testamento»

El Antiguo testamento es la serie de textos sagrados israelitas anteriores a Cristo, y que es aceptada por todos los cristianos como primera parte de las Biblias cristianas. En términos generales, no existe un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos sobre si el canon del Antiguo Testamento debe corresponder al de la Biblia griega, con deuterocanónicos, que es lo que plantean las iglesias cristianas ortodoxas y católica romana a través de su historia, o al del Tanaj hebreo, que es lo que plantean los judíos actuales, algunos protestantes, y otros grupos cristianos emanados de éstos. Sin embargo, el orden, nombres y particiones de los libros del Antiguo Testamento de las Biblias cristianas, a través de la historia, siguen la usanza griega y no la hebrea. Y, de la misma forma, varía del judaísmo en la interpretación y énfasis. (Véase, por ejemplo, Isaías 7:14.). Aparte de los libros propios del texto griego de la Biblia, el canon de la iglesia Copta admite otros libros, como el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.


El «Nuevo testamento»

El Nuevo testamento es una colección de 27 libros, representativos de 5 diferentes géneros literarios judeocristianos: 4 Evangelios, 1 Libro de Hechos, 1 Apocalipsis, y 19 Epístolas (6 Epístolas "Católicas" o Apostólicas, y 13 Epístolas Paulinas). Una séptima "Epístola Católica" —a saber, I Juan—, y una decimocuarta "Epístola Paulina" —concretamente, Hebreos—, realmente pertenecen al género ensayístico o doctotratadístico, es decir, se trata de tratados doctrinales, con lo que representan un quinto género de escritos del Nuevo testamento. La figura protagónica es Jesús de Nazaret, llamado Cristo. Casi todos los cristianos, con algunas excepciones, como el cristianismo gnóstico de los primeros siglos, han venido asumiendo el Nuevo testamento como un texto sagrado divinamente inspirado. Sin embargo, no hay unidad universal en el canon del Nuevo Testamento. Son 27 libros en el canon de la Iglesia Católica Romana, aceptado por la mayoría de las Iglesias Protestantes. La Iglesia Cristiana Ortodoxa de Siria sólo acepta 22 libros en su canon. Libros como 1 y 2 de Clemente, el libro de la Alianza, el Octateuco y otros, han sido motivo de disputas, y son aceptados por parte de otras Iglesias Cristianas.

Otros libros referenciados en la «Biblia»

Dentro del texto bíblico se mencionan algunos libros y epístolas de los cuales no se cuenta con copias reportadas actualmente o solo se conservan fragmentos. Generalmente se les menciona como referencias primarias, escritos de elaboración anterior o como complemento de lo escrito dentro del contexto donde se los menciona. En el caso del libro de Enoc, éste ha venido siendo tenido por apócrifo por la mayoría de religiones (siendo caso contrario el canon de la iglesia ortodoxa etíope) a pesar de haber sido referenciado en la Biblia y encontrarse en un estado íntegro de contenido.
La siguiente lista parcial muestra algunos de los libros que no están disponibles hoy en día en la mayoría de ediciones bíblicas. Dichos libros son:
LibroEscritura de referencia
El libro del convenio (pacto o alianza)Éxodo 24:7
El libro de las batallas de YahvehNúmeros 21:14
El libro de Jaser (o libro del justo)Josué 10:13, 2 Samuel 1:18
Un libro guardado delante de Yahveh1_Samuel 10:25
El libro de los hechos de Salomón1_Reyes 11:41
El libro del vidente Samuel, el libro del profeta Natán y el libro del vidente Gad1_Crónicas 29:29
Profecías de Ahías el silonita, y del vidente Iddo2_Crónicas 9:29
Los libros del profeta Semaías2_Crónicas 12:15
Las palabras de Jehú2_Crónicas 20:34
Los hechos de Uzías2_Crónicas 26:22
Los registros (o actas) de los reyes de Israel2_Crónicas 33:18
Las palabras de los videntes2_Crónicas 33:19
Un rollo con la palabra de Yahveh a Jeremías desde los días de JosíasJeremías 36:1-4
Un libro de Jeremías contra de toda la maldad de BabiloniaJeremías 51:60
Un libro de memoriasMalaquías 3:16
Una epístola anterior de Pablo a los corintios1_Corintios 5:9
Otra epístola de Pablo a los efesiosEfesios 3:3
La carta de Pablo a los laodicensesColosenses 4:16
Las profecías de EnocJudas 1:14


La «Biblia» y los distintos idiomas

Los libros bíblicos fueron escritos inicialmente en distintas lenguas, las llamadas lenguas bíblicas (hebreo, arameo y griego helenístico). En distintas épocas históricas fueron traducidos de unas de ellas a otras, y posteriormente a las demás.

«Biblia» hebrea

«Biblia» griega

«Biblia» latina

Traducciones de la «Biblia» al español

Estas son distintas traducciones de la Biblia al idioma español



Libros proféticos: El Apocalipsis, de san Juan.
Estos libros fueron escritos en un espacio de 1.600 años: 1.500 años antes de Jesucristo y 100 años después de Jesucristo.
Los libros del Antiguo Testamento fueron escritos en hebreo, excepto los libros de la Sabiduría y el segundo libro de los Macabeos, que fueron escritos en griego.
Los del Nuevo Testamento fueron escritos en griego, excepto el Evangelio de san Mateo, que fué escrito en hebreo o arameo.
La división de la Biblia en capítulos se debe al cardenal Esteban Langton, arzobispo de Cantorbery (+ 1228). La división en versículos se debe a Santos Pagini (1528), con algunas modificaciones introducidas más tarde. Esta división en capítulos y versículos no forma parte de la Biblia, y sólo sirve para indicar el lugar de una cita de las Sagradas Escrituras.

Inspiración.
Según la enseñanza de la Iglesia, todos los libros de la Biblia o canónicos han sido escritos por inspiración divina. Ahora bien, "la inspiración —dice el Papa León XIII en su encíclica Providentissimas— es un impulso sobrenatural por el cual el Espíritu Santo ha excitado y empujado a escribir a los escritores sagrados y les ha asistido mientras escribían, de suerte que concebían con exactitud, querían escribir con fidelidad y expresaban con verdad infalible todo V sólo aquello que el Espíritu Santo les ordenaba escribir." De otro modo, añade el mismo Papa, "el Espíritu Santo no seria el autor de la Sagrada Escritura".
Con ello se indica que Dios es el autor de la Biblia toda, el autor principal, y el hombre sólo autor secundario, un instrumento de la mano de Dios.
La inspiración no anula ni menoscaba la libre actividad ni el carácter del escritor, sino que se sirve de él para más elevados fines; no cambia tampoco su disposición natural, ni sus conocimientos adquiridos, ni siquiera remedia las imperfecciones y defectos de la persona o de sus facultades.
El individuo humano, tal cual es, se torna en instrumento libre del que Dios se sirve para escribir lo que tiene por conveniente para enseñanza, corrección, consuelo y aviso del hombre.
Por eso estos amanuenses del Espíritu Santo han dejado en los Libros Santos el sello de su personalidad, de su lengua, de la época y de la nación en que escribieron.
La inspiración se extiende a toda la Biblia y a todas sus partes; por lo cual no se la puede dividir en partes inspiradas y otras que no lo son, ya que el alcance de la revelación llega hasta los asuntos de carácter profundo, y no de una manera casual sino íntima e intencionada.
De esto se sigue la absoluta infalibilidad de la Biblia, no sólo en aquellos puntos que atañen a la salvación del género humano, sino también en los profanos. No se puede sostener que en los asuntos profanos la Biblia sólo contiene una verdad relativa. Por tanto la Biblia es absolutamente verdadera en todas sus partes.

Inerrancia.
 La Iglesia, a quien compete establecer la lista de los libros canónicos, ha afirmado siempre la inerrancia o ausencia de todo error en la Biblia, como consecuencia de la inspiración, y ha desechado todas las tentativas de restricción de la inspiración y, por consiguiente, de la inerrancia, por la razón de que Dios, autor principal de la Biblia, es infalible, y siendo la Verdad misma, lo que Él escribe o manda escribir no puede contener ningún error.

La lectura de la Biblia.
 Algunos enemigos de la Iglesia, como los protestantes, han querido hacer de la Biblia la única regla de fe, dejándola a la libre interpretación de cada uno.
Los católicos tenemos, además, otros medios seguros para conocer las verdades de la fe; en rigor podemos contentarnos con la enseñanza de la Iglesia.
También los protestantes han imputado a los católicos el haber menospreciado u olvidado la lectura de los Libros Santos. Pero esta imputación es falsa.
Es cierto que la Iglesia ha tomado ciertas precauciones para la lectura de la Biblia:
1° Prohíbe a los católicos las ediciones de la misma preparadas por críticos no católicos (las permite a los versados en los estudios bíblicos, capaces de discernimiento, con ciertas garantías);
2º No autoriza las traducciones en lengua vulgar sino mediante la adición de notas explicativas, tomadas de la tradición católica;
3° Exige que las publicaciones bíblicas lleven la autorización del obispo.
Pero, guardando estas prudentes precauciones, la Iglesia recomienda la lectura de la Biblia;
Hace de ella una ley para los sacerdotes y aconseja su lectura a los fieles que quieren conocer verdaderamente su religión;
Bendice las asociaciones piadosas que tienen por fin la difusión del Evangelio;
Ampara y alienta los estudios bíblicos y exhorta a todos los católicos a leer y meditar frecuentemente el Libro que Dios ha dado a los hombres para que en él aprendan la ciencia de la salvación.






 



Daniel como personaje histórico
No hay evidencias de su existencia, excepto por las menciones bíblicas. El pasaje de Ezequiel se considera relacionado más bien con Danel, un mítico héroe fenicio, que con el profeta judío. [29]
Numerosos comentaristas bíblicos sostienen que el propio libro de Daniel no pretende ser otra cosa que un relato popular (’aggadot) destinado a subrayar algunos temas importantes para la nación judía en los años previos a la persecución de Antíoco Epífanes.[30] El lenguaje del libro, las menciones erróneas a personajes de la época neobabilónica y la minuciosidad de las descripciones, pretendidamente proféticas, de Antíoco y sus rivales apoyan estas conclusiones que son aceptadas también por estudiosos católicos y evangélicos[31]
Esta postura implica que Daniel no fue el profeta mencionado sino un personaje folclórico y que el autor del libro (un visionario judío del Siglo II a. C.) lo escribió usando ese popular seudónimo y ambientando su historia en la época del Exilio babilónico.
Los estudiosos fundamentalistas, desechando estas especulaciones con argumentos ad hoc, aseguran que la vida de Daniel, un personaje real, transcurrió en lo esencial tal como lo describe el libro homónimo.

En el foso de los leones

A tenor de lo narrado por el libro de Daniel, el conquistador de Babilonia y sucesor de Belsasar, fue Darío, el medo, personaje desconocido por la historia y, probablemente, inexistente. Bajo el reinado de este soberano tiene lugar el complot de los sátrapas contra Daniel que derivó en su encierro en el pozo de los leones; esta intriga se valió de la religiosidad del protagonista pues, un edicto caprichoso sugerido al rey por aquellos prohibía cualquier petición, fuera a un dios o a un hombre excepto el soberano, durante treinta días. Daniel, como era su costumbre, oraba cada día y fue denunciado.
Arrojado al foso, el profeta no recibió daño alguno. A la mañana siguiente, cuando Darío comprobó el portento, ordenó liberar a Daniel y echar al foso a sus acusadores que perecieron devorados por las bestias. Un relato paralelo, que existe en las partes deuterocanónicas, atribuye la condena de Daniel al hecho de haber matado a cierto dragón sagrado que los babilonios adoraban y menciona que el profeta Habacuc fue llevado a Babilonia por un ángel, quien lo tomó por sus cabellos, para entregar su propia comida a Daniel.[17]
En esas mismas secciones se menciona la sucesión de Astiages, la entronización de Ciro II el Grande y el episodio por el cual Daniel revela el fraude de los sacerdotes de Bel que habían convencido al rey de que el dios comía las ofrendas, siendo que eran ellos quienes lo hacían.[








Lucas 2:1-20

El Nacimiento de Jesús

Existen sólo dos relatos en el Nuevo Testamento del nacimiento de Jesús – uno de Mateo y el otro de Lucas. Lucas evidentemente obtuvo su información directamente de María. Él dice en Lucas 1:2 que él entrevistó a testigos oculares, y es evidente por 2:19 que María era uno de estos testigos oculares.
Leer vs 1, 2. A diferencia de las historias mitológicas las cuales no están conectadas con la historia, Lucas es cauteloso en arraigar este evento en la historia al relatarnos cuando ocurrió. El primer censo que se realizó mientras Cirenio fue gobernador de Siria probablemente ocurrió en 6-3 A.C2 .  Mateo nos dice que Jesús nació mientras Herodes El Grande estaba vivo, lo que significa que su nacimiento fue antes de la primavera [del hemisferio norte] del 4 A.C. La mejor estimación del nacimiento de Jesús es que fue a finales de 5 B.C. y comienzos del 4 B.C. (Nuestros calendarios están un poco corridos).

La incongruencia del nacimiento de Jesús

Leer vs.3-14. Vemos aquí la confluencia de lo natural (embarazo a término y nacimiento; cronología humana) y lo sobrenatural (ángeles). Esto no se presenta como normal (como en los mitos), sino como algo especial para anunciar un nacimiento especial.  Nótese la profunda incongruencia entre quién es el bebé y cómo él nació.
¿QUIÉN ES EL BEBÉ?  Él es tan grandioso que los ángeles, que han visto a Dios en toda su gloria, gritan “¡Gloria a Dios en las alturas!  Él es la Persona más grandiosa que jamás haya nacido.  ¿Por qué? Debido a (vs.11):
  • Él es el “Salvador” – el liberador de todo mal y enfermedades; el Único que trae paz entre los Humanos y Dios, y finalmente entre la gente (vs.14)
  • Él es el “Cristo” – Rey Mesías; el gobernador prometido en el Antiguo Testamento (Miqueas 5:2; Isaías 7:14)
  • Él es “El Señor” – probablemente indicando su naturaleza divina (Isaías 9:6), dado que los ángeles lo llaman así.
¿CÓMO NACIÓ ÉL?
Se esperaría leer en vs.12, “Y este será la señal para ustedes: de que encontrarán un bebé envuelto en bellas ropas, acostado en un palacio, emparentado con la Realeza, atendido por muchos servidores, y visitado por dignatarios.” En vez de eso:
  • Él nació en una situación inusual (vs.7, 12b). Jesús nació en un establo (con el olor de los animales y del guano, y no con hojas de pino y galletas de Navidad), arropados con tiras de trapos comunes (posiblemente la ropa interior de sus padres).  Un “pesebre” es un comedero con la baba de animales y pedazos de paja masticada.
  • Él nació en medio de una escándalo de aparente ilegitimidad (vs.5).  José y María estaban comprometidos, pero no casados.  Por supuesto ella estaba embarazada por el Espíritu Santo, pero la mayoría de la gente creía que María se había quedado embarazada al tener relaciones sexuales antes del matrimonio con José o con otro hombre.  Este en gran parte es el escenario de este nacimiento (y tal vez la razón de porqué nadie les dio alojamiento), y continuó fastidiando a Jesús a través de toda su vida (ver Marcos 6:3 “el hijo de María,” Juan 8:19,41,48 “eres un bastardo… ¿quién es tu padre?).
  • A él lo visita  la escoria de la sociedad Judía (vs.8). Los pastores no eran precisamente los que tenían el control político, económico ni cultural de Israel.  Un historiador dice de ellos: “los pastores eran personas despreciadas.  Se sospechaba que no eran muy cuidadosos en distinguir entre  “mío” y “suyo”; por esta razón… se les excluía de dar testimonio en la corte.”3   ¡Sin embargo ellos recibieron una invitación personal angelical para ser testigos de Dios!

Ruth o la fidelidad recompensada


La historia de Ruth y Noemí llena uno de los libros más breves y bellos de la Biblia. Ambas son ensalzadas como modelo de suegra y nuera. Mucho se ha escrito sobre Ruth como ejemplo de mujer fiel a su marido y a la familia de éste, hasta el punto de abandonar su tierra, su cultura y sus dioses para adoptar los de su esposo, aún después de muerto. La Iglesia llegó a llamar a Ruth “la tercera María” (después de María la madre de Jesús y María Magdalena).
Fidelidad
Pero, dejando aparte las interpretaciones teológicas de la figura de Ruth, quisiera resaltar en esta historia dos aspectos. El primero es la fidelidad entre dos mujeres, que la vida ha unido a través del matrimonio de uno de los hijos de Noemí con Ruth. Aunque este hijo ha muerto, el vínculo entre ambas continua, y Ruth no renuncia a él. Cuando Noemí decide regresar a su tierra, Ruth la acompaña, siguiéndola como seguiría a su marido. Así como la otra nuera, Orfa, también viuda de su otro hijo, se queda con su familia, Ruth no teme afrontar lo desconocido por acompañar a su suegra. Orfa se ata al pasado y a la muerte. Ruth opta por mirar hacia delante y no romper los lazos que la unen a Noemí y a la familia de su esposo.
Responsabilidad
El otro aspecto es la responsabilidad por el ser amado. Para Ruth, la madre de su esposo es como su propia madre y no renuncia a su responsabilidad sobre ella. A lo largo de la historia vemos en Ruth a una mujer generosa, que cuida de Noemí, preocupándose por su bienestar y trayéndole el sustento.
Pero Noemí también se hace responsable de Ruth y vela por su porvenir. Es ella quien trama el futuro matrimonio de Ruth con su pariente Booz. Su nuera ha sabido serle fiel; ella también procurará su felicidad. Así es como Ruth, que ha renunciado a su familia de sangre, a su tierra y a sus creencias, es acogida en una nueva patria, recibe una nueva familia y un nuevo esposo. Las palabras de Noemí a su nuera son muy hermosas: “Hija mía, yo voy a procurarte descanso y a ocuparme de tu felicidad”.
La historia de Ruth es un relato del amor y de la abnegación recompensados. Nos muestra cómo todo sacrificio hecho por amor, toda renuncia asumida por fidelidad, no deja de tener su recompensa. Y ésta es siempre mucho mayor.
Confianza
El libro de Ruth también es un canto a la confianza. Las dos mujeres confían una en la otra. Noemí confía su ancianidad y su vida en manos de Ruth, y recibe un gran consuelo de su nuera, “la cual te ama y es para ti mejor que si tuvieras siete hijos”, le dicen sus parientes. Ruth confía también en Noemí y sigue sus consejos e instrucciones. Así es como rehace su vida, se desposa con un hombre bueno y tiene un hijo. Porque no temió perderlo todo, por fidelidad a la madre de su esposo, Ruth alcanza de nuevo una vida plena y dichosa. Confiar nuestra felicidad en manos de quien sabemos nos ama es tal vez una de las experiencias más hermosas de abandono y de dicha colmada.

La Humillación de Jesús



Como ocurre a menudo en la Biblia, este tipo de incongruencias/ paradojas nos proveen de una visión más profunda de Dios…
Estamos hablando de lo que los teólogos llaman la humillación de Jesús: “Humillación” es una palabra horrible. Sólo lo usamos en la voz pasiva (El me humilló) porque nunca lo elejiriamos para nosotros mismos. El hecho de que él diveradamente y en forma voluntaria decidió dejar su condición y prerrogativas divina por una vida de malentendidos y rechazo (Filipenses 2:6,7).  Muchos piensan que esta humillación ocurrió sólo al momento de su muerte, pero en realidad comenzó en su nacimiento. Como dice J.I. Packer, “el significado crucial de la cuna en Belén deja en su lugar una secuencia de pasos que llevan al Hijo de Dios a la cruz del Calvario, y no lo comprendemos hasta que lo vemos en su contexto.” Esto se hace muy aparente en la medida que leemos los evangelios, como lo veremos en nuestro estudio de Lucas4 .
MAL ENTENDIDO:  Todos conocemos (felizmente) cómo se siente hacer algo con buena intención, y tener un mal entendido o una mala interpretación en una forma negativa.  La vida entera de Jesús fue de esta manera.  La gente mal interpretó su muerte como una prueba de que él no era el Mesías (Mateo 16:22; Marcos 15:17-20, 32).  Veremos otro ejemplo de esto la PRÓXIMA SEMANA…
RECHAZO:  ¡Cuán difícil es perdonar a aquellos que nos han rechazado—y cuán imposible es olvidar incluso cuando hemos perdonado!  Y sin embargo toda la vida de Jesús fue una larga secuencia de rechazos:  HOTEL (Lucas 2:7) >> NACIÓN (Juan 1:11) >>LÍDERES (Marcos 3:6) >> PUEBLO NATAL>> (Marcos 6:3) >> FAMILIA (Juan 7:5; Marcos 3:21) >> SEGUIDORES (Juan 6:66) >>DISCÍPULOS (Juan 13:27,30; Mateo 26: 43,56 – pero estaba el consuelo del Padre [Juan 16:32]) >> CRUZ (Marcos 15:34).
Así que la manera de su nacimiento fue simplemente una sombra de la forma del resto de su vida y muerte: un malentendido y rechazo – la humillación del Hijo. La CUNA es un cuadro de la CRUZ.

¿Qué nos enseña la humillación de Jesús?

La humillación de Jesús revela una de las verdades más importantes y revolucionarias que podemos conocer acerca de nosotros mismos, a cerca de Dios, y acerca de su forma de involucrarse en nuestra vida.
  • Nos enseña cuán desesperada nuestra situación es.
¿Has visto alguna vez el EQUIPO DE UNA SALA DE EMERGENCIA trabajando? Ellos cortan y tiran las ropas, dejando sus pacientes crudamente desnudos donde todos pueden ver. Ellos hacen profundas incisiones sin anestesia. Ellos enchufan tubos por las narices y gargantas. Ellos cargan sus pechos con increíbles cantidades de electricidad los cuales causan contorsión y saltos del paciente.  Si tú no supieras, pensarías que son crueles y sádicos. Si les preguntas si les “gusta” hacer estas cosas, ellos probablemente te mirarían como si estuvieras loco. Estas medidas son necesarias para salvar las vidas. Ellos deben tomar medidas drásticas para poder tratar con situaciones desesperadas.
Dios dice que nuestra situación es desesperada.  Tú puedes estar seguro que si existiera cualquier otro medio para que Dios te pudiera rescatar, él lo habría elegido. Puedes estar seguro que si tú pudieses rescatarte a ti mismo, Dios no habría tomado esta medida (Gálatas 2:21). Puedes estar seguro que si cada uno de nosotros podemos encontrar nuestro propio camino hacia Dios, él no hubiese sometido a su Hijo a esto. Pero nuestra rebeldía en contra de él nos ha alejado tan completamente de él que nada más apropiado para rescatarnos que esta radical intervención de Jesús.
Nótese las palabras poco halagüeñas de Pablo que usa para describir nuestra situación:  “…mientras todavía éramos incapaces de salvarnos, al momento justo Cristo murió por los malvados… mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros… mientras éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Dios a través de la muerte de su Hijo…” (Romanos 5:6-10)
Pero esto nos lleva inmediatamente a otra revelación…
  • Nos enseña  cuánto Dios nos ama.
El verdadero índice de nuestro amor por alguien no es cuán fuerte nuestros sentimientos de atracción son, sino que cuánto estamos dispuestos a sacrificarnos por él/ ella (Juan 15:13). Mis padres probaron su amor por mí por su disposición a sacrificar horas de sueño cuando yo necesitaba ser alimentado siendo bebé, al pagar mis cuentas de médico cuando estaba enfermo, etc.  Mi mujer me prueba su amor por su disposición  a sacrificar su propios deseos y preferencias por las mías.  Mis amigos prueban su amor al estar allí durante mis momentos de crisis, incluso y especialmente cuando esto es costoso.  Si tú amas a alguien, tú te sacrificas por él.













ELISEO Y ELIAS.





Eliseo significa: "Dios es mi salvación".

La historia del profeta Eliseo está narrada en la S. Biblia, en el primer libro de los Reyes.
Estaba arando en un campo, cuando de pronto se le acercó el profeta Elías y echándole su manto sobre los hombres, lo invitó a seguirlo y a dedicarse a extender la religión. Eliseo aceptó, pero le pidió permiso para ir antes a despedirse de su familia. Luego volvió y mató sus dos bueyes y repartió esas carnes entre los demás compañeros de trabajo, y quemó sus utensilios de arar, y así, libre de todo impedimento, se fue con Elías.
Cuando Elías iba a ser llevado al cielo, le dijo a Eliseo: "Quédate por aquí que yo me voy al Jordán". Eliseo le respondió "¡Padre, yo te seguiré a donde vayas!", y se fue con él.
Cuando iban llegando al río Jordán les salió al encuentro un grupo de jóvenes que se preparaban para ejercer el profetismo, y Eliseo les aconsejó que se quedaran allí en una altura observando lo que iba a suceder.
Al llegar al Jordán, Elías tocó con su manto las aguas y estas se dividieron y así los dos profetas pasaron a pie, por el terreno seco.
Pasando el Jordán, Eliseo le pidió a Elías un favor muy especial: "Padre, te pido que cuando tú te vayas, me pase a mí una buena parte de tu espíritu, de tus poderes". Elías dijo: "Si me logras ver, cuando sea elevado se te concederá esto que has pedido".
Luego llegó un carro de fuego y se llevó a Elías, y mientras este subía por los aires, Eliseo lo veía y le gritaba: "Padre mío, padre mío". A Elías se le cayo el manto y Eliseo lo recogió.
Para comprobar que Dios sí le había pasado a él los poderes que le había dado a Elías, tocó Eliseo con el manto las aguas del Jordán, y éstas se abrieron y le dieron paso. Los 50 jóvenes que se preparaban para el profetismo vieron este milagro y en adelante le tuvieron gran respeto y lo consideraron como sucesor del Profeta Elías.
La gente de Jericó le dijo: "Profeta, nuestra cuidad está bien situada, pero las aguas no sirven para tomar". Eliseo echó su bendición a aquellas aguas y desde entonces se volvieron potables, muy buenas para tomar. Los hombres de Dios son muy valiosos para la sociedad.
Yendo Eliseo hacia la ciudad de Betel salió un grupo de muchachos maleducados que empezaron a burlarse del profeta diciendo: "¡Sube calvo! ¡Sube calvo!". Eliseo les echó una maldición y salieron dos osos que mataron a 42 de esos atrevidos. Dios quería demostrar que se disgusta cuando se falta al respeto a sus enviados.
Una pobre viuda le contó Eliseo que se había quedado en la ruina y que sus acreedores la iban a enjuiciar por las deudas que les tenía y que no tenía sino una botella con aceite. El profeta le aconsejó que fuera donde las vecinas y les pidiera vasijas prestadas y que empezara a llenarlas con el aceite que tenía en la botella. Ella pidió muchas vasijas prestadas y con la botella de aceite las fue llenando todas. Cuando ya estuvo llena la última vasija, la botella dejó de producir aceite. Con la venta de todo aquello, pudo la viuda pagar todas sus deudas. ¡Milagros de Dios!
Una mujer de Sunam le daba siempre hospedaje gratuito a Eliseo cuando pasaba por allí misionando. El profeta para agradecerle sus favores, obtuvo de Dios que le concediera un hijo en su matrimonio, pues ese hogar no había tenido hijos. Pero un día el niño estaba trabajando en el campo con su padre y exclamó: – Papá, ¡me duele la cabeza1", y se murió. La sunamitia se fue corriendo donde el profeta Eliseo que estaba a bastantes horas de camino y le suplicó que corriera a darle una bendición a su hijo. Llegó Eliseo, y después de suplicar mucho a Dios, obtuvo la resurrección del niño. Un hecho prodigioso, que comprueba lo muy poderosas que son ante el Señor las súplicas de sus amigos que se dedican a propagar su santa religión.
Tenía Eliseo cien discípulos para darles de comer y solamente tenía veinte panes. Bendijo los panes y con ellos le alcanzó para alimentar a cien hambrientos discípulos y le sobró pan (Más tarde Jesús con cinco panes dará de comer a cinco mil hombres y la sobrarán 12 canastadas de pan).
El rey de Siria tenía un general muy estimado, llamado Naaman. Pero este militar se volvió leproso. Una muchacha israelita les contó que en Israel había un profeta que hacía muchos milagros. El rey le envió a Naaman a que lo curara. Eliseo le mandó que se bañara siete veces en el río Jordán. A la séptima vez, se le fue completamente la lepra.
Naaman quiso darle un gran regalo a Eliseo, pero este no aceptó. Y sucedió que cuando Naaman ya iba lejos, el secretario de Eliseo, llamado Guezi corrió a decirle con mentira que el profeta le mandaba pedir un regalo. Naaman se lo envió pero a Guezi, por este robo y este engaño, se le prendió lo que antes tenía el general, la lepra.
Eliseo le anunciaba al rey de Israel todas las trampas que los enemigos del país le iban a poner y así lo libraba de muchas derrotas. Luego, cuando el anciano profeta estaba muy enfermo mandó llamar al rey y le dijo: "Lance bastantes flechas por esta ventana!". El rey lanzó únicamente tres flechas, y entonces el profeta le dijo: "Por no haber lanzado sino tres flechas, no lograrás derrotar a los enemigos del país sino ¡tres veces!, y así sucedió.
Luego mandó a uno de sus secretarios a anunciarle al general Jehú que iba a ser rey y esto se cumplió también.
A Eliseo lo enterraron en una cueva, y bastante tiempo después unos hombres iban a enterrar a un muerto, pero al ver venir un grupo de guerrilleros, dejaron el muerto sobre la tumba de Eliseo y salieron corriendo, y el muerto al tocar la tumba del santo profeta, resucitó.







David huyó de Nayot, en Ramá. Después acudió a Jonatán y le dijo: —¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál es mi pecado contra tu padre, para que él trate de quitarme la vida?
El le respondió: —¡De ninguna manera! No morirás. He aquí que mi padre no hace cosa grande ni pequeña que no me la revele. ¿Por qué, pues, me ha de encubrir mi padre este asunto? ¡No será así!
Pero David volvió a jurar diciendo: —Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia ante tus ojos y pensará: “Que Jonatán no sepa esto, no sea que se entristezca.” Ciertamente, ¡vive Jehovah y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte!
Entonces Jonatán dijo a David: —Haré por ti lo que tú digas.
Y David respondió a Jonatán: —He aquí que mañana es luna nueva, y yo debo sentarme con el rey para comer. Pero tú dejarás que me vaya y me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.
Si tu padre me echa de menos, dirás: “David me pidió encarecidamente que lo dejase ir de inmediato a Belén, su ciudad, porque todos los de su familia tienen allá el sacrificio anual.”
Si él dice: “Está bien,” entonces tu siervo tendrá paz. Pero si se enoja, sabrás que el mal está determinado de parte de él.
Tendrás, pues, misericordia de tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en un pacto de Jehovah contigo. Si hay maldad en mí, mátame tú. ¿Para qué llevarme hasta tu padre?
Y Jonatán respondió: —¡Nunca te suceda tal cosa! Antes bien, si llego a saber que está determinado de parte de mi padre que el mal venga contra ti, ¿no te lo avisaré yo?
Entonces David preguntó a Jonatán: —¿Quién me avisará, si tu padre te responde con aspereza?
Jonatán dijo a David: —Ven, salgamos al campo. Salieron ambos al campo,
y Jonatán dijo a David: —Vive Jehovah Dios de Israel, que cuando yo haya sondeado a mi padre mañana como a esta hora, la tercera hora, he aquí que si él muestra buen ánimo para con David, ¿no enviaré yo para hacértelo saber?
Pero si mi padre quiere hacerte daño, ¡así haga Jehovah a Jonatán y aun le añada, si no te lo hago saber! Así te despediré, y te marcharás en paz; y que Jehovah esté contigo, como estuvo con mi padre.
Y si quedo vivo, muéstrame la misericordia de Jehovah, para que yo no muera.
Cuando Jehovah destruya de la tierra uno por uno a los enemigos de David, no elimines para siempre tu misericordia de mi casa.
Así Jonatán hizo un pacto con la casa de David, y dijo: —¡Jehovah lo demande de mano de los enemigos de David!
Jonatán hizo jurar de nuevo a David, a causa de su amor por él; porque le amaba con toda su alma.
Luego le dijo Jonatán: —Mañana es luna nueva, y tú serás echado de menos, porque tu asiento quedará vacío.
Al tercer día descenderás rápidamente y vendrás al lugar donde estabas escondido cuando empezó este problema. Esperarás junto a aquella piedra.
Yo tiraré tres flechas en esa dirección, simulando tirar al blanco.
Y he aquí que enviaré al muchacho diciéndole: “¡Vé y busca las flechas!” Si digo al muchacho: “¡He aquí, las flechas están más acá de ti; tómalas!,” tú vendrás; porque hay paz y no hay peligro. ¡Vive Jehovah!
Pero si yo digo al muchacho: “¡He allí, las flechas están más allá de ti!,” vete; porque Jehovah te manda.
Y en cuanto a las palabras que tú y yo hemos hablado, he aquí que Jehovah es testigo entre tú y yo para siempre.
David se escondió en el campo. Y cuando llegó la luna nueva, el rey se sentó a la mesa para comer.
Como solía, el rey se sentó en su silla, la silla junto a la pared. Jonatán se levantó, y Abner se sentó al lado de Saúl; pero el lugar de David quedó vacío.
Aquel día Saúl no dijo nada, pues pensó: “Algo le habrá acontecido, y no está purificado. Seguramente no está purificado.”
Pero sucedió que al día siguiente, el segundo día después de la luna nueva, el asiento de David quedó vacío, por lo que Saúl preguntó a su hijo Jonatán: —¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí, ni ayer ni hoy?
Jonatán respondió a Saúl: —David me pidió encarecidamente que le dejase ir a Belén.
El me dijo: “Por favor, déjame ir, porque los de mi familia tenemos un sacrificio en la ciudad, y mi hermano me lo ha ordenado. Por eso, si he hallado gracia ante tus ojos, permite que me vaya y visite a mis hermanos.” Por eso no ha venido a la mesa del rey.
Entonces Saúl se enfureció contra Jonatán y le dijo: —¡Hijo de la corrompida y rebelde! ¿Acaso no sé que tú has elegido al hijo de Isaí, para vergüenza tuya y para vergüenza de la desnudez de tu madre?
Todo el tiempo que el hijo de Isaí viva sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Manda, pues, a traérmelo, porque ha de morir.
Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: —¿Por qué tiene que morir? ¿Qué ha hecho?
Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo, por lo que Jonatán entendió que estaba decidido de parte de su padre el dar muerte a David.
Jonatán se levantó de la mesa ardiendo en ira, y no comió el segundo día después de la luna nueva, pues estaba triste por causa de David; porque su padre le había afrentado.
Sucedió que a la mañana siguiente Jonatán salió al campo, según lo convenido con David; y un muchacho pequeño estaba con él.
Entonces dijo al muchacho: —¡Por favor, corre y busca las flechas que yo tire! Cuando el muchacho iba corriendo, él tiraba la flecha de modo que pasara más allá de él.
Cuando el muchacho llegó a donde estaba la flecha que Jonatán había tirado, éste gritó al muchacho diciendo: —¿No está la flecha más allá de ti?
Y Jonatán volvió a gritar tras el muchacho: —¡Date prisa, apresúrate, no te detengas! El muchacho de Jonatán recogió las flechas y volvió a su señor.
Pero el muchacho no entendió nada; solamente Jonatán y David entendían el asunto.
Después Jonatán entregó sus armas al muchacho y le dijo: —Vé y llévalas a la ciudad.
Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur y se inclinó tres veces postrándose en tierra. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos; aunque David lloró más.
Entonces Jonatán dijo a David: —Vete en paz, porque ambos hemos jurado en el nombre de Jehovah, diciendo: “Jehovah sea testigo entre tú y yo, y entre mis descendientes y tus descendientes, para siempre.” David se levantó y se fue, y Jonatán regresó a la ciudad.



ADAN Y EVA