martes, 1 de noviembre de 2011

La Humillación de Jesús



Como ocurre a menudo en la Biblia, este tipo de incongruencias/ paradojas nos proveen de una visión más profunda de Dios…
Estamos hablando de lo que los teólogos llaman la humillación de Jesús: “Humillación” es una palabra horrible. Sólo lo usamos en la voz pasiva (El me humilló) porque nunca lo elejiriamos para nosotros mismos. El hecho de que él diveradamente y en forma voluntaria decidió dejar su condición y prerrogativas divina por una vida de malentendidos y rechazo (Filipenses 2:6,7).  Muchos piensan que esta humillación ocurrió sólo al momento de su muerte, pero en realidad comenzó en su nacimiento. Como dice J.I. Packer, “el significado crucial de la cuna en Belén deja en su lugar una secuencia de pasos que llevan al Hijo de Dios a la cruz del Calvario, y no lo comprendemos hasta que lo vemos en su contexto.” Esto se hace muy aparente en la medida que leemos los evangelios, como lo veremos en nuestro estudio de Lucas4 .
MAL ENTENDIDO:  Todos conocemos (felizmente) cómo se siente hacer algo con buena intención, y tener un mal entendido o una mala interpretación en una forma negativa.  La vida entera de Jesús fue de esta manera.  La gente mal interpretó su muerte como una prueba de que él no era el Mesías (Mateo 16:22; Marcos 15:17-20, 32).  Veremos otro ejemplo de esto la PRÓXIMA SEMANA…
RECHAZO:  ¡Cuán difícil es perdonar a aquellos que nos han rechazado—y cuán imposible es olvidar incluso cuando hemos perdonado!  Y sin embargo toda la vida de Jesús fue una larga secuencia de rechazos:  HOTEL (Lucas 2:7) >> NACIÓN (Juan 1:11) >>LÍDERES (Marcos 3:6) >> PUEBLO NATAL>> (Marcos 6:3) >> FAMILIA (Juan 7:5; Marcos 3:21) >> SEGUIDORES (Juan 6:66) >>DISCÍPULOS (Juan 13:27,30; Mateo 26: 43,56 – pero estaba el consuelo del Padre [Juan 16:32]) >> CRUZ (Marcos 15:34).
Así que la manera de su nacimiento fue simplemente una sombra de la forma del resto de su vida y muerte: un malentendido y rechazo – la humillación del Hijo. La CUNA es un cuadro de la CRUZ.

¿Qué nos enseña la humillación de Jesús?

La humillación de Jesús revela una de las verdades más importantes y revolucionarias que podemos conocer acerca de nosotros mismos, a cerca de Dios, y acerca de su forma de involucrarse en nuestra vida.
  • Nos enseña cuán desesperada nuestra situación es.
¿Has visto alguna vez el EQUIPO DE UNA SALA DE EMERGENCIA trabajando? Ellos cortan y tiran las ropas, dejando sus pacientes crudamente desnudos donde todos pueden ver. Ellos hacen profundas incisiones sin anestesia. Ellos enchufan tubos por las narices y gargantas. Ellos cargan sus pechos con increíbles cantidades de electricidad los cuales causan contorsión y saltos del paciente.  Si tú no supieras, pensarías que son crueles y sádicos. Si les preguntas si les “gusta” hacer estas cosas, ellos probablemente te mirarían como si estuvieras loco. Estas medidas son necesarias para salvar las vidas. Ellos deben tomar medidas drásticas para poder tratar con situaciones desesperadas.
Dios dice que nuestra situación es desesperada.  Tú puedes estar seguro que si existiera cualquier otro medio para que Dios te pudiera rescatar, él lo habría elegido. Puedes estar seguro que si tú pudieses rescatarte a ti mismo, Dios no habría tomado esta medida (Gálatas 2:21). Puedes estar seguro que si cada uno de nosotros podemos encontrar nuestro propio camino hacia Dios, él no hubiese sometido a su Hijo a esto. Pero nuestra rebeldía en contra de él nos ha alejado tan completamente de él que nada más apropiado para rescatarnos que esta radical intervención de Jesús.
Nótese las palabras poco halagüeñas de Pablo que usa para describir nuestra situación:  “…mientras todavía éramos incapaces de salvarnos, al momento justo Cristo murió por los malvados… mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros… mientras éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Dios a través de la muerte de su Hijo…” (Romanos 5:6-10)
Pero esto nos lleva inmediatamente a otra revelación…
  • Nos enseña  cuánto Dios nos ama.
El verdadero índice de nuestro amor por alguien no es cuán fuerte nuestros sentimientos de atracción son, sino que cuánto estamos dispuestos a sacrificarnos por él/ ella (Juan 15:13). Mis padres probaron su amor por mí por su disposición a sacrificar horas de sueño cuando yo necesitaba ser alimentado siendo bebé, al pagar mis cuentas de médico cuando estaba enfermo, etc.  Mi mujer me prueba su amor por su disposición  a sacrificar su propios deseos y preferencias por las mías.  Mis amigos prueban su amor al estar allí durante mis momentos de crisis, incluso y especialmente cuando esto es costoso.  Si tú amas a alguien, tú te sacrificas por él.












1 comentario:

todo lo puedo en cristo que me fortalece